Capítulos

viernes, 25 de enero de 2013

Capítulo 9 - Algo extracorpóreo.

Encendí la ducha y las primeras gotas, demasiado ardientes, que cayeron sobre mi piel fueron casi como una bendición para despertar del estado de shock en el que me había dejado Honey.  La realidad era más dura para algunos que para otros, y que tu novia muera no es fácil de superar aunque ésta fuera una zorra y te pusiera los cuernos con medio mundo. Me enjaboné con mi querida esponja con forma de rosa de color azul, y lo hice con fuerza como si quisiera quitarme una suciedad que en realidad no había sentido.
Cuando salí de la ducha fui a mi cuarto y me miré al espejo , totalmente desnuda. Mi cuerpo había cambiado mucho desde que lo había mirado atenta por última vez. No sabía si me gustaba es cambio, pero estaba claro que a Honey sí, y por lo visto a otros chicos también, tan malo no podía ser que una talla más de alguna parte, y otra menos de otras te sucedieran de sopetón. Me vestí con un pijama amarillo con pequeños lazitos rosa fuerte por todas partes y miré la hora. Todavía era pronto para irme a dormir, pero tarde para pensar en todo lo que debía pensar. 
Pero como siempre, mi mente prodigiosa-fastidiosa no me dejó relajarme y miles de dudas asomaron a mi cabeza.
¿Hasta dónde podía fiarme de Honey después de lo de Samu? Era la pregunta más dura que mi cabeza reclamaba. 
Me quedé dormida con la sensación de que habían pasado años desde la discusión con Samu hasta ese momento.
Cuando desperté, me fijé en el despertador y como siempre : tarde.
Me puse un chandal adidas antiguo y una camiseta de manga corta, arriba una sudadera azul con algo escrito en el busto.
Mejor ir calentita ante la duda. Cuando llegué al instituto no me dejaron entrar en clase porque tardé mucho en llegar. Me quedé sentada en un banco del patio, con un cabreo de par de narices y la impresión de que no tienes derecho a enfadarte, pero aun así lo estás.
Un chico guapo pasó por mi lado, lo reconocí de verlo por los pasillos, pero jamás habíamos intercambiado ni una sola palabra. Sin embargo esta vez se acercó a mí algo tímido y me dio lo que yo creí "un papel". Tan solo eso, ni si quiera un hola, solo una sonrisa divertida.
En la foto no salía nada más que una libreta escrita con un boli azul : Conozco todos tus secretos. Puede que te arrepientas de muchas cosas si salen a la luz.
Mis carcajadas eran tan repetitivas que me quedé sin respiración varias veces y cayeron un par de lágrimas. ¿Todavía se intentaba crear de un cutre instituto español un esterotipado instituto americano?
Pero le di la vuelta a la foto y estaba escrito con boli.
En su parte blanca ponía : Si no quieres que se sepan, solo sonríe. Así nadie se dará cuenta de que estás triste. Pero si de verdad tienes unos secretos muy muy oscuros y estás triste, ven a hablar contigo, no te prometo que seas feliz a mi lado, pero te prometo intentarlo hasta que me quede sin fuerzas. El chico al que llamas Honey.
Mi sonrisa tonta era sin lugar a dudas un "Me gustas mucho mucho mucho joder". Pero en ese momento apareció Samuel y fue directo hacia mí. No sonreía mucho, pero tampoco se le veía enfadado.
-Lo siento por lo de ayer...
-Preferiría que no hablaramos más. Supongo que lo entiendes.
-Claro que lo entiendo, pero entiende que, bueno, joder... Que te quiero. Y que me duele que te guste un tío de dos días más que yo.
-¿Perdón? Tú has dicho eso no yo.
-No soy tonto, ni ciego.
-Sí eres tonto.
-Soy gilipollas. No solo fue culpa mía, estaba un poco colocado.
-Yo pensaba que los porros relajaban...
-No, no eran porros.
-¡Samuel! ¿Cómo y qué era?
Me hizo un signo con la nariz que me dio a entender que era cocaína. ¡COCAÍNA!
-Mira, prefiero no hablar más contigo.
-Dame una oportunidad por favor. Tuve una movida muy fuerte en casa y me ofrecieron, estaba muy mal.
-¿Pero eso a qué hora?
-A las 5 de la mañana...
-¿Y a las 11 seguías... ?
-Me metí un poco más en los baños del instituto.
-Estás loco. Olvídate de mí.
-Tienes que entenderme, mi padre se pasó... No te puedo contar todo, no quiero pasarte esa carga. -Juraría que estaba a punto de llorar.- Lo siento, solo necesitaba estar contigo  y tú... Tú con ese.
-Lo siento, no sabía que me necesitabas.
-¿En algún momento te he contado que necesitara un abrazo? Jamás. Porque esa conexión tan especial hacía que no hiciera falta. Y ahora mismo estoy en un puto callejón sin salida y no sé qué hacer ni decir, y no vienes ni a preguntarme cómo estoy.
-Lo... Lo siento de verdad...
Y me besó. No entendí nunca ni cómo ni por qué. Pero lo hizo, me besó. Y no fue tan increíble como con Honey, pero pude sentir que sus labios me besaban el alma. La realidad era dura para todos, pero para mí ese camino de rosas con espinas era un camino lleno de planta carnívoras que se comen mis decisiones.
Juro que en ese momento no quería que parara de besarme, sus labios no paraban de acariciar mi interior, era ardiente y dulce, caliente pero no sexual, totalmente extracorpóreo.
¿Honey o Samu? ¿Samu o Honey? Uf, quise desaparecer.

3 comentarios:

  1. Acabo de leerme todos los capitulos. Esta buenísima, loco.
    Me muero por saber que pasa. Me encanta♥

    ResponderEliminar
  2. Por dios!! Saca ya el próximo capítulo. Amo este tipo de novelas y mas si es tan moderna, la adore, juro.

    ResponderEliminar
  3. Cuando publicas el otro? POR FAVOR HAZLOO

    ResponderEliminar